CONCLUSIONES
De la
muestra total, únicamente el 4.3% no estudió el año anterior a la realización
de esta investigación y la gran mayoría de los/as jóvenes viven en familias
nucleares (compuestas por ambos padres y hermanos). Estas características
resultan relevantes pues como veremos a continuación tienen un reflejo directo
sobre el fenómeno de las adicciones, eje central de este trabajo.
CONSUMO
DE TABACO
Los resultados para
el consumo de tabaco muestran que a nivel estatal, un tercio de los/as
estudiantes han probado por lo menos alguna vez en la vida un cigarrillo; siendo
los hombres quienes tienen el porcentaje más alto (40.0%) en comparación con
las mujeres (30.1%). Y, poco más de un tercio de los/as estudiantes (41.6%) lo
han probado para cuando llegan a los 15 años, aunque la edad de inicio promedio
es de 12.3 años.
En
cuanto al consumo actual de tabaco, la situación es similar, ya que el porcentaje
es mayor en los hombres que en las
mujeres y es mucho más elevado entre estudiantes de bachillerato que entre
estudiantes de secundaria. Es importante resaltar el porcentaje de consumidores/as
actuales de tabaco que son menores de edad que es de 15.7%, a pesar de las
regulaciones gubernamentales que prohíben la venta de cigarros sin
identificación.
Al
interior del estado, Zapopan es la región que se vio más afectada por el
consumo de tabaco durante los 30 días previos al estudio, es importante acotar
que forma parte de la zona metropolitana de la Ciudad de Guadalajara. Sin embargo,
esta prevalencia es menor a la reportada en la Ciudad de México en el 2006
(18.1%).
Tanto
la prevalencia total del estado como por regiones, se sitúa por debajo del
consumo total de tabaco registrado en la Ciudad de México en el 2006 (48.3%).
Dentro
de las características importantes de quienes fuman, se encontró que la mayoría
trabajan medio tiempo, por lo que podemos pensar que tener la posibilidad
económica de comprarlo facilita el consumo.
CONSUMO
DE ALCOHOL
Con
respecto al consumo de alcohol, el estado presenta que casi 7 de cada 10
estudiantes lo han tomado alguna vez en la vida, más de un 60% al llegar a los 15
años ya lo ha probado y la edad de inicio promedio es 12.6 años. A diferencia
del tabaco, el consumo de alcohol en ambos sexos es igual (hombres 65.3% y mujeres
64.9%). Estos resultados deben llamar la atención ya que en su gran mayoría son
menores de edad. Se encontró además, que poco más de una tercera parte de las
mujeres (37.0%) y de los hombres (34.4%) indicaron haber ingerido alcohol en el
último mes.
Un
dato de interés es que casi una cuarta parte de los/as estudiantes que consumen
alcohol, dijeron haber tomado 5 copas o más en una misma ocasión, es decir, han
abusado de esta sustancia, con un porcentaje de 17.8% para secundaria, y 32.0% en
bachillerato. Encontramos entonces un periodo importante entre los 16 y 18 años
en el que aumenta el consumo de manera significativa.
La
radiografía regional, deja ver que las zonas más afectadas por el abuso de
alcohol son: Autlán y Ameca. Es importante mencionar que dentro de esta última
región se encuentra el municipio de Tequila. En tanto, la región de Autlán (28.9%),
presentó un porcentaje significativamente mayor al de la Ciudad de México que
fue de 25.2%.
En
cuanto al uso problemático del alcohol, que se midió con el AUDIT en su versión
larga, se pudo detectar que son los hombres de bachillerato los más afectados, ya
que el 41.6% de los que ingieren alcohol, presenta un consumo peligroso.
CONSUMO
DE DROGAS
En
esta encuesta se encontró que al 22.0% de la población le han ofrecido alguna
droga regalada y a un 5.1% le han intentado vender alguna droga. Al
preguntarles qué personas cercanas a ellos/as han consumido drogas el
porcentaje más alto lo obtuvo “el/la mejor amigo/a” para ambos sexos.
Este
estudio reporta que el 17.7% de hombres y el 15.3% de mujeres dijeron haber
consumido alguna vez drogas, para el consumo en el mes previo al estudio se
encontró un 6.0% en los hombres y 5.6% en las mujeres. Los hombres prefieren el
uso de drogas ilegales y las mujeres a las drogas médicas.
La preferencia por tipo de
droga en los hombres coloca a la mariguana (8.6%) en el primer lugar, seguido
del consumo de inhalables (6.7%), tranquilizantes (4.3%), cocaína (3.8%) y alucinógenos
(3.1%). Para las mujeres, la preferencias es tranquilizantes (6.7%), seguido
por los inhalables (4.4%), mariguana (3.9%) y anfetaminas (3.7%). Según el
nivel educativo, encontramos un cambio en la preferencia, pues en secundaria se
usan más inhalables (5.9%); a diferencia del bachillerato en donde la droga de
preferencia es la mariguana (10.6%).
La
prevalencia total de consumo de drogas en Jalisco es de 16.5%, porcentaje que
se encuentra por debajo del 17.8% que se obtuvo en un estudio similar realizado
en la Ciudad de México en 2006. De esta población un 12.6% es usuario/a
experimental y un 3.9% usuario/a regular.
Las regiones más afectadas
por el consumo total de drogas son: Guadalajara (22.1%), Tlaquepaque (18.6%) y Zapopan
(18.3%). Las dos últimas se encuentran dentro del promedio de la Ciudad de
México (17.8%), mientras que Guadalajara está arriba de dicho promedio.
También, se puede observar
que la región de Guadalajara reporta porcentajes más elevados que la Ciudad de
México, principalmente en: tranquilizantes (7.3%), alucinógenos (4.2%),
inhalables (8.4%) y metanfetaminas (3.6%). En tanto, la región de Zapopan está
arriba en tranquilizantes (6.1%), alucinógenos (3.2%) y metanfetaminas (2.8%). La
región de Tlaquepaque está arriba en inhalables (8.2%) y tranquilizantes (5.7%).
Finalmente, la región de Colotlán presenta más elevado el consumo de
anfetaminas (4.3%).
A pesar de que la región de
Colotlán presenta porcentajes elevados en el consumo de alucinógenos (3.9%), resultará
importante el análisis de esta información en relación con los factores
culturales propios de la zona, ya que ahí se encuentran grupos indígenas que
los usan con fines ceremoniales.
Otro dato importante es que
los/as estudiantes en su mayoría consideran peligroso el consumo de drogas como
la cocaína y la heroína (ambas con 82.5%), los inhalables (78.8%) y la
mariguana (73.3%). Sin embargo, al analizar la percepción de riesgo de consumo
de alcohol, encontramos una disminución importante, donde poco más de la mitad (56.1%)
de los/as estudiantes considera peligroso consumir alcohol frecuentemente, en
el caso del tabaco sólo un 58.6% de los/as estudiantes percibe como muy
peligroso fumar más de cinco cigarros al día. Las mujeres mostraron tener mayor conciencia que los
hombres de los daños que producen las drogas a la salud.
La relación que existe en
el fenómeno de consumo de drogas entre los/as estudiantes y otras conductas
problemáticas o de riesgo como cometer actos antisociales, tener conductas
sexuales riesgosas, intentos suicidas, depresión, etc., son aspectos que se
analizan e incluyen en los diferentes reportes generados a lo largo de este
estudio, todo con la intención de profundizar en múltiples aspectos de la vida
de los/as estudiantes y especialmente en los/as jóvenes del Estado de Jalisco y
así darnos pautas para diseñar las acciones preventivas a realizar.
Tomando en cuenta todos
estos factores, uno de los datos más importantes en términos de prevención se
refiere a las edades de inicio, donde hay una tendencia clara e importante para
empezar a consumir a edades más tempranas tanto alcohol como tabaco. Existe una
alza en el inicio del consumo de sustancias a partir de los 11 años, edad en
que la mayoría termina la educación básica para iniciar la secundaria. Por esto,
es importante señalar que la prevención debe iniciarse durante la infancia y la
niñez. A
esta tarea tenemos que destinar los mayores recursos humanos y económicos posibles.
Entre los objetivos que podemos proponer para preparar a los/as
adolescentes, se encuentra el dotarlos de estrategias que les permitan lidiar
con la oferta y la cercanía que hay de sustancias, la presión que su grupo social
puede generar para experimentar con ellas, además de informarlos acerca de los
riesgos que implica el consumo de drogas y fomentar el fortalecimiento del
núcleo familiar.
La
tarea es ardua y debe conllevar acciones en diversos frentes, no sólo en el
trabajo con la población en riesgo, sino en todos los ámbitos, con objeto de
lograr mejoras en la calidad de vida de nuestra población y, en especial en
nuestros/as niños/as.
Estos
frentes son también el trabajo con los/as alumnos/as desde edades tempranas,
las instituciones y su personal de atención a las población de alto riesgo,
los/as maestros/as, con los papás y las mamás, así como la política social que
debe dirigirse a facilitar el accesos de mejores condiciones de vida y de salud
a la población, y a ofrecer distintas opciones y mejores de crecimiento que se
vean reflejadas directamente en la población.